¿El trabajo tiene sentido?

Todos, en algún momento de nuestra vida, buscamos sentirnos mejor y nos planteamos para qué hacemos lo que hacemos. Cuando en nuestro interior resuena que hay algo más, al principio lo hace en forma de susurro, pero con el tiempo, si continúas acallando esa voz interior, sientes que tu propia luz se apaga.

“Una persona que lucha por conseguir dar un sentido a su vida y a su trabajo no es neurótica, es profundamente humana” (V. Frankl).

¿Te has planteado alguna vez por qué hay personas que parecen vivir en punto muerto? ¿Te has sentido así en algún momento?

Puede que lleves una vida estable y hayas renunciado a una parte de ti, te repites que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Sin embargo, si sientes que te falta un motivo por el que levantarte de la cama cada mañana, quizás estás pagando un precio demasiado alto por renunciar a tus sueños. 

En la actualidad existe un latente malestar y desinterés profesional que muestra la necesidad de escapar a un mundo carente de sentido. En esta nueva época hay indicios de que las personas empiezan a buscar la autorrealización en el trabajo, que el trabajo sea valioso y tenga sentido y propósito. 

No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir con los resultados de los pensamientos de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahogue tu voz interior. Y lo más importante: ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario. (Steve Jobs)

La pirámide de Maslow (jerarquía de las necesidades humanas) establece que el ser humano, una vez satisfechas sus necesidades básicas, pasa a un nivel superior en el que se busca lo que le da sentido a su vida. Además, afirma que cada uno de nosotros tenemos una serie de aspiraciones y un potencial para conseguirlo. 

El reconocido psicólogo humanista Carls Rogers sostenía que la motivación humana más importante es la propia realización. Uno de los principios fundamentales de su teoría es la actualización y el esfuerzo continuo por realizarnos. Carl Rogers entendía como persona educada aquella que intentaba aprender y cambiar. Para Rogers, el autoconocimiento es clave para lograr el bienestar y la autorrealización. El autoconocimiento y la autorrealización caminan juntas de la mano por el sendero de la vida. Quien se educa es quien se informa, reflexiona, se cuestiona y apuesta por el aprendizaje.

Rogers defendía que cada persona tiene un potencial único y singular y es quien mejor sabe la dirección de su desarrollo.

Las personas son tan hermosas como las puestas de sol, si se les permite que lo sean. En realidad, puede que la razón por la que apreciamos verdaderamente una puesta de sol es porque no podemos controlarla (Carls Rogers)

La transformación sucede al abrazar el cambio y ampliar nuestra mirada para tomar conciencia de que existen más posibilidades de elección. 

Para vivir una vida con sentido y propósito es importante conocernos a nosotros mismos y alinear los objetivos personales con los profesionales, que exista coherencia entre el éxito externo e interno. Una vida con sentido depende de que nos atrevamos a crecer hacia adentro (autoconocimiento) y hacia afuera (autoliderazgo y desarrollo del potencial), de forma alineada con nuestra esencia y en las distintas áreas de nuestra vida.  La congruencia deviene cuando lo que eres, lo que piensas, lo que sientes, lo que dices y lo que haces concuerdan. 

Las personas felices, en el trabajo y en su vida, han escuchado sus anhelos más profundos, creen en ellas, tienen la motivación y el compromiso para avanzar y disfrutan de cada paso. Puedes ser una de ellas, te aliento a que así sea.